Acerca de montilleta
Mi primera bicicleta fue una Rabasa, roja, de ruedas gordas y blancas y con ruedines. Pronto quise deshacerme de aquellos ruedines, quería imitar a mi hermano con su Torrot y trataba de pedalear sin tener que apoyarme en ellos. El día esperado llegó y fue el primero que recuerdo con una nitidez deslumbrante a lomos de una bici, buscando el equilibrio por la calle Isla de Chipre, en la playa de Oliva, bajo la atenta mirada de mis padres y hermano. Tenía 4 años. Desde entonces, la bicicleta y el ciclismo me han acompañado siempre. A los 13 años tuve mi primera bici de carreras, una Stelvio de segunda mano que me permitió emular, en las Sierras de Gallinera y Mustalla, las grandes gestas de aquellos ciclistas legendarios que captaban toda mi atención: Kelly, Hermans, Perico, Induráin, Cubino, Abdoujaparov... Luego vino la universidad y la bici pasó a desempeñar un papel funcional, ayudándome a salvar la distancia que existía entre Benimaclet y la Politécnica de un modo ajustado a mi economía. Luego llegué a Madrid, llegó la BTT y llegó una pasión renovada. Hoy en día voy a trabajar en bici, disfruto como un enano los fines de semana y comparto día a día mi gran pasión con los Buffalos Bikers, esos locos de la biela que ya formamos una gran familia.